Vivimos en entornos de enorme complejidad, volátiles e inciertos. Para poder movernos con éxito en ellos, es fundamental que aprendamos a cultivar las destrezas de gestión del riesgo y de la incertidumbre. Entre ellas, sobresalen las de descubrir, imaginar y resolver problemas.

El talento, desde esta perspectiva, se entendería como  la inteligencia individual o colectiva aplicada:

  • A resolver de manera efectiva los problemas que enfrentamos, desarrollando las destrezas que nos ayudarán a hacerlo.
  • Al descubrimiento de oportunidades en los problemas que se nos presentan, para de esta manera generar productos o servicios, mejorar procesos, o construir proyectos o modelos de negocio.
  • A imaginar problemas significativos que merezca la pena resolver para innovar.

Este enfoque emplea los problemas como palancas para la generación de talento. Entiende los problemas como herramientas para la creatividad y la innovación. Un problema es una parte de la realidad que requiere ser atendida. Cuando la atendemos, nos situamos en las mejores condiciones para progresar.

A la mayoría de nosotros, nos espantan los problemas. Queremos compañeros, o jefes, o empleados que no nos traigan problemas. Nos sentimos cómodos con las soluciones, pero nos asustan las situaciones problemáticas, porque nos colocan ante una posible carencia nuestra. Tememos no estar a la altura, o que no lo esté la organización. Cambiar nuestra actitud hacia ellos puede traernos muchas ventajas a nivel organizativo y personal. Desarrollar la mentalidad, las destrezas y los recursos necesarios para aprovechar su potencial nos coloca en una situación privilegiada.

Imaginemos un coche viajando por una carretera desértica, y de pronto se pincha una rueda. Los ocupantes van a la parte trasera y descubren que no hay gato. Se encuentran con un dilema. Definen su dilema planteando un problema: “¿dónde podemos conseguir un gato?”. Miran, hay varios establos vacíos pero ningún habitante, y recuerdan que, varios kilómetros antes, pasaron por una gasolinera. Deciden andar hasta la gasolinera a por un gato. Mientras se marchan, otro coche en la dirección contraria pincha también una rueda. Los ocupantes van a la parte trasera y descubren que no tienen gato. Su dilema es similar, pero plantean un problema distinto para definirlo: “¿cómo podemos levantar el coche?”. Miran a su alrededor y ven, adyacente a la carretera, un establo con una polea para levantar pacas de heno. Mueven el coche hacia el cobertizo, lo levantan con la polea, cambian la rueda y se marchan. Jacob W. Getzels (1) proporcionó este ejemplo famoso de construcción de problemas. Definir el problema de la manera adecuada nos ayuda a solucionarlo. Atender a la realidad con una mentalidad diferente sobre lo que significan los problemas nos permite progresar individual y colectivamente.

Greg Satell nos aconseja buscar, más que una gran idea, un buen problema que resolver. Las empresas más innovadoras buscan problemas significativos cuya resolución marque la diferencia (2). Las sociedades se benefician de problemas de convivencia resueltos de manera constructiva. Los problemas nos llevan a plantearnos preguntas, y, cuando tratamos de responderlas, las respuestas planteadas son una invitación a la acción. Esas acciones abren caminos que antes no existían. Un problema es, en realidad, el inicio de un viaje. Una oportunidad para explorar las posibilidades de las cosas. Esa actitud de curiosidad y de exploración nos permite contribuir a la generación de novedades valiosas. Y puede llegar a ser un elemento eficaz dentro de la cultura de las organizaciones.

J.P. Guilford , un psicólogo de referencia en los estudios sobre creatividad, hablaba de la necesidad de desarrollar una “sensibilidad hacia los problemas” para poder potenciarla. Atender a los problemas nos lleva a apreciar la necesidad de cambio en lo que nos rodea. Y por tanto es la base para construir soluciones innovadoras y creativas.

NOTAS

(1)-Satell, Greg “Don’t look for a great idea. Look for a good problem”. Digital Toronto, 23 de abril de 2017

(2)- Getzels, J. W. (1982).” Problem finding and the inventiveness of solutions”. The Journal of Creative Behavior, 9, pgs 12-18.

 

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Las competencias como clave para generar talento