Cuando hablamos de liderazgo en las organizaciones, tendemos a identificar el término con el puesto directivo asignado a una persona concreta. El liderazgo en este sentido se equipara con la posición de superioridad. Pero existe otra noción de liderazgo, que lo considera como competencia que se desarrolla a lo largo del tiempo como resultado de la interacción de un grupo.  Existen grupos con líderes informales o emergentes, a los que no se ha asignado previamente un rol superior respecto a los otros miembros del mismo, pero que, con las dinámicas puestas en marcha dentro de éste, inspiran  a otros, y sus opiniones son respetadas y tenidas en cuenta por los demás.  Los líderes emergentes, como señala Northouse (1), ganan poder por la manera en que los miembros del grupo responden ante él. Suelen ser personas con un alto conocimiento de las dinámicas del equipo del que forman parte.

Fisher (2) recoge una serie de comportamientos que conducen al liderazgo emergente:

  • La involucración verbal. La forma en que mostramos nuestras opiniones dentro de un grupo
  • Estar informado de lo que sucede en el grupo
  • Buscar las opiniones de otros
  • Iniciar ideas
  • La firmeza, pero sin rigidez

Los lideres informales o emergentes son elegidos porque despliegan una tarea constructiva y un comportamiento de gestión de equipos. Wolff, Pescolido y Urch Druskat (3) llevaron a cabo un estudio sobre el papel que juega la inteligencia emocional en el liderazgo emergente en los grupos que se autogestionan. Los líderes emergentes, según ese estudio, son socialmente perceptivos y muestran una enorme destreza a la hora de reconocer y entender las emociones en su equipo. Esa comprensión les lleva a mejorar los análisis cognitivos y  desplegar una mayor eficacia a la hora de priorizar temas, y conduce a una serie de comportamientos eficaces dentro del grupo.

Bales (4) recogió doce comportamientos que conducen al liderazgo emergente, agrupados en torno  a dos clusters:

  • Uno de los clusters agrupaba a los comportamientos focalizados en la tareas tareas que debe llevar a cabo el grupo
  • Otro de los clusters recogía comportamientos socioemocionales que fomentan el liderazgo emergente

Woff et alt (5) parten de la investigación de Bales e investigan las destrezas cognitivas y emocionales que subyacen a la elección de un líder informal. Su modelo se basa en dos hipótesis:

  • La habilidad de coordinar las tareas como base del liderazgo emergente
  • Y, junto a ésta, la capacidad de desarrollar o apoyar las habilidades de otros.

Las destrezas cognitivas necesarias para realizar una tarea serían:

  • El reconocimiento de patrones
  • Sintetizar ideas
  • Orientar al equipo.

De esas tres, la habilidad de reconocer patrones es la más significativa para señalar a un líder emergente. El líder informal o emergente maneja más información, y tiene facilidad a la hora de reconocer patrones, identificar las fortalezas y debilidades y reconocer las rutinas dentro de un grupo.

Por otra parte, la capacidad de tomar la perspectiva necesaria para poder entender lo que sucede en un grupo y el desafío al que se enfrenta, se encuentra estrechamente relacionado con la puntuación en el apoyo y desarrollo de las habilidades de otros.

Una destreza socioemocional fundamental relacionada con las dos anteriores es la de la empatía, de la que derivan las dos. La empatía nos saca del mundo de la cognición, para introducirnos en el de la emoción (6). La empatía facilita la comprensión de la perspectiva y las circunstancias de otros, y bien empleada favorece las dinámicas constructivas dentro de un grupo. Daniel Goleman, en un artículo en la revista Harvard Business Review sobre el liderazgo focalizado (7), habla de lo que denomina la “tríada de la empatía”, tres tipos distintivos o tres formas de exhibirla que resultan importantes para un liderazgo efectivo:

  • La empatía cognitiva (la habilidad de entender la perspectiva de otra persona)
  • La empatía emocional (la habilidad de sentir lo que otros sienten)
  • La preocupación empática (la habilidad de comprender lo que otra persona necesita de ti)

La empatía cognitiva permite que los líderes se conozcan y se expliquen a sí mismos de manera eficaz. La empatía emocional es importante para el mentorazgo, la gestión de los clientes y para leer las dinámicas de los grupos. La preocupación empática es la base de las interacciones sociales y de la comprensión del contexto.

Debemos aprovechar dentro de las organizaciones las dinámicas positivas puestas en marcha por los líderes informales o emergentes en los equipos de trabajo, y fomentarlas.

NOTAS

(1)Northouse, P. G. “Leadership: Theory and practice”. Sage, Thousand Oaks, California, 2010
(2)Fisher, citado por Northouse.
(3)Wolff, S. B., Pescosolido, A. T. y Urch Druskat, V. “Emotional intelligence as the basis of leadership emergence in self-managing teams”. The Leadership Quarterly, Vol. 13, núm. 5, Octubre 2002, Pgs. 505-522
(4)Bales, Bales, R. F. “ Interaction process analysis: A method for the study of small groups” University of Chicago Press, Chicago, 1950
(5) Wolff et alt, opus cit.
(6)Salovey, P., Bedell, B.T., Detweiler, J.B., y Mayer, J.D. “Current directions in emotional inteligence research”. En Lewis, M. y Havilland-Jones, J.M. (Eds) “Handbook of emotions”, segunda edición. Guilford Press, Nueva York, pgs 504-522.
(7) Goleman, Daniel “The focused Leader”. Harvard Business Review, diciembre de 2013,

 

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