¿Gestores o líderes?
Abraham Zaleznik publicó hace un par de décadas en la revista Harvard Business Review (1) un artículo sobre liderazgo que ha tenido una enorme repercusión. En el artículo, se preguntaba por las [...]
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Como buena exploradora, robo
Somos lo que vivimos, observamos y leemos. Somos el fruto de las personas que tratamos, los lugares que nos maravillan, o los libros que nos marcan. Austin Kleon defiende que el artista roba siempre. El explorador también. He picado de tantos sitios que ya no sé distinguir lo que es solamente mío de lo que he tomado prestado. Si algo me ha enseñado tanta lectura, es que la creatividad y la innovación surgen de la combinación, de los collages, de la asociación y la analogía, de la transferencia de lo aprendido en un sitio a otro lugar diferente, que lo acoge para generar algo nuevo, y esperemos que valioso para alguien.
Como buena investigadora, escribo un libro para aprender sobre algún tema concreto que me fascine
Esta ha sido una de las enseñanzas que le agradezco a José Antonio Marina, compañero en múltiples viajes intelectuales. Él me propuso participar en una aventura maravillosa: averiguar lo que pretendían un grupo de mujeres que se reunían hace casi cien años en la Casa de las Siete Chimeneas de Madrid con el objetivo de “conspirar para adelantar el reloj de España”. De esta aventura surgió el libro “La conspiración de las lectoras”, un ejemplo de inteligencia colectiva. A continuación, compartimos un viaje por los mecanismos de la inteligencia individual, que funciona como un “bucle prodigioso”. La inteligencia individual y la inteligencia compartida en equipos, organizaciones y comunidades son temas que me fascinan.
Entré a formar parte del proyecto de la Universidad de Padres porque me interesan mucho los entornos de aprendizaje, y la familia es uno primordial. De mi trabajo con José Antonio Marina y con la Fundación UP, partieron iniciativas relacionadas con otros entornos educativos fundamentales: las ciudades (“Ciudades con Talento”), o la escuela (“Libro blanco de la profesión docente y su entorno escolar”, encargado por el Ministerio de Educación). La pasión investigadora continuó con otros libros, informes y proyectos: la creatividad, la adolescencia como “segunda edad de oro” del aprendizaje, la “energía creadora”, la educación en valores y la ética, el bosque pedagógico y las innovaciones educativas, el talento individual y en organizaciones, la economía como gran creación humana y ampliadora de posibilidades…
Actualmente, sigo dos líneas de investigación: cómo podemos movernos en entornos VUCA (volátiles, inciertos, complejos y ambigüos, por sus siglas en inglés); y los amores elípticos (www.amoreselipticos.com). Acabo de terminar mi primera novela, surgida de una investigación sobre la Segunda Guerra Púnica. La línea de investigación sobre entornos VUCA incluyó un par de meses de trabajo en 2019 en Silicon Valley, que me permitieron conocer de primera mano las bases de la tecnología blockchain, un ejemplo valiosísimo de tecnología disruptiva y compleja, con un enorme potencial.
En el núcleo de todo lo que investigo se encuentra la convicción de que la capacidad de aprender es nuestra tabla salvadora, y que la imaginación amplía nuestro mundo.
María Teresa Rodríguez de Castro
@mtrdecastro